Despejar el Desorden

Durante mi carrera, tenía periodos de trabajo superintenso y confuso.  Me concentraba en el trabajo y buscaba soluciones.  Cuanto más trabajaba, más desordenado estaba mi escritorio.  Papeles, libros, bolígrafos, envoltorios de caramelos, tuppers y demás.

Al final, el escritorio se convertía en un problema: se interponía en mis pensamientos, en mi claridad.  Pero no quería limpiarlo.  Me parecía más fácil seguir adelante.  Con la experiencia, aprendí que parar la locura y limpiar el escritorio me ayudaba mucho.  Aclaraba las cosas, me ayudaba a saber qué hacer a continuación.  Siempre funcionaba.

Creo que nuestras vidas (la mía y la tuya) son como mi escritorio.  A veces seguimos adelante buscando soluciones, permitiendo que nuestras vidas (escritorios) se vuelvan cada vez más desordenadas, cuando en realidad necesitamos parar y limpiar.

Este último año, he aprendido cosas sobre Jesús y el arrepentimiento que no entendía antes.  He aprendido cosas del Espíritu que me están cambiando (en el buen sentido).

Por ejemplo, sé, aún más que antes, que el Padre Celestial es real. Todavía tengo un montón de preocupaciones y preguntas.  Pero mi testimonio de El es aun mas fuerte que antes.  Jesús es real.  El Espiritu Santo es real.  El Padre Celestial le dio un poder a Jesus que le permite a Jesus "redimirnos".  Esa es otra manera de decir que el Padre Celestial le dio a Jesucristo el poder de sanarnos de adentro hacia afuera-para hacernos espiritualmente completos, darnos paz, ayudarnos a sentirnos aceptados y protegidos por Él. La redención hace que las cosas sean claras y estén bien (incluso con la locura que sucede a nuestro alrededor).   

Odio la frase "llamar a alguien al arrepentimiento".  La gente la usa mal. Crea malos entendidos.  El arrepentimiento es algo bueno.  Una cosa feliz.  Es la forma en que Dios nos ayuda a organizar nuestras almas. Cuando nos arrepentimos sinceramente, el Padre Celestial y la Madre y Jesús experimentan una gran alegría, no tristeza. Ellos nos conocen y saben lo que hemos hecho.  No se sorprenden ni se enfadan.

¿Por qué les hace felices el arrepentimiento?  Porque desata un poder real en el universo (el poder de la redención) que Jesús posee. El arrepentimiento es el conducto a través del cual podemos recibir su poder sanador y sentir orden y paz. (Helamán 5:11).

Pero ese poder no puede desatarse a menos y hasta que cada uno de nosotros decida arrepentirse.  Nosotros -tú, yo y la mayoría de la gente- nos ponemos tercos.  Seguimos tratando de encontrar otras soluciones para escapar de nuestros problemas.  Pensamos: "el arrepentimiento no tiene nada que ver con mis problemas. Necesito ayuda de verdad".  La naturaleza humana va de crisis en crisis y de confusión en confusión, ignorando la única cosa que realmente nos ayudará (limpiar el maldito escritorio). 

He aprendido -aún más- que no podemos saltarnos este paso del arrepentimiento. Y no podemos eludir el camino de Dios para arrepentirnos. Por ejemplo, muchos misioneros tienen miedo de confesarme cosas.  Piensan que me decepcionaré de ellos. Así que intentan arrepentirse por su cuenta.  Nunca funciona.  Cuando por fin se dan cuenta, vienen a verme.  Cuando ven mi alegría por sus esfuerzos, se sorprenden.  Pero estoy feliz por ellos, no triste.  Leo D&C 18:12-13 con ellos.  Sé que están iniciando el proceso de curación.  Y se sienten mucho mejor, casi de inmediato. 

Le invito a leer Helamán capítulo 5 https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/bofm/hel/5?lang=spa

y aprendan como yo aprendí una nueva perspectiva sobre el arrepentimiento a través de la experiencia de Nefi y su hermano Lehi entre los lamanitas (vs 21-52). A menudo no nos damos cuenta, pero nuestros pecados penden sobre nosotros como una nube de oscuridad (como se indica en estos versículos) que hace que nuestras vidas sean complicadas y confusas. Si nos tomamos el tiempo para arrepentirnos, podemos tener el poder sanador de la expiación (columna de fuego) que nos traerá paz y alegría, así como protección contra la influencia de satanás.

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