A veces lo que queremos no es lo que Dios necesita
Una pregunta que siempre me hacen cuando veo a la gente es "¿Cómo va su español?". Generalmente digo, "Muy mal (muy malo)" ¡porque esa es la verdad! Afortunadamente, hay veces que puedo entender el español, pero depende de muchos factores como la hora del día, quién está hablando o el tema. A pesar de mis dificultades, cada semana doy charlas y clases delante de grandes grupos de personas y, debido a mis limitaciones, me veo obligado a leer continuamente de mis apuntes. De vez en cuando, me siento frustrado y luego desanimado por mi falta de progreso.
El mes pasado, tuve una conversación con una de nuestras misioneras Hermana más tímidas de Perú. Nuestra comunicación fue lenta porque era difícil para ella con su inglés chapurreado y para mí con mi español chapurreado, pero pudimos compartir nuestros pensamientos la una con la otra. Ella expresó lo mucho que me ama y cómo soy un buen ejemplo en mi lucha por conversar y enseñar en español. Le ha inspirado a no avergonzarse de sus errores mientras intenta aprender inglés y está superando sus miedos y dudas.
En realidad, estoy cumpliendo mi propósito como líder misionero. No fui llamado aquí para aprender un idioma ni para tener una experiencia cultural, sino que mi propósito es ayudar a guiar, enseñar y educar a los jóvenes misioneros para que puedan servir a los demás y a Dios.
Mi experiencia, aunque pequeña en comparación, es similar a la de Abinadi. Él respondió a la llamada de Dios para testificar contra un rey poderoso y su corte. Por desgracia, sus palabras fueron rechazadas y fue condenado a muerte. Estoy seguro de que esto no es lo que Abinadí esperaba que le ocurriera cuando fue llamado. En ese momento y sin que él lo supiera, el testimonio de Abinadí sobre Jesucristo provocó la conversión de Alma, quien escribió sus palabras. Estos escritos permitieron a Alma traer a muchos otros al arrepentimiento y esto tuvo una influencia duradera en los Nefitas por generaciones así como en las personas que leen el testimonio de Abinadí hoy en el Libro de Mormón. (Mosíah 11-13, 17)
Esto solo muestra que a veces no podemos ver realmente las intenciones o milagros de Dios que están sucediendo a nuestro alrededor, aun cuando somos participantes. Para verlos, necesitamos buscar el milagro que buscó Eliseo cuando oró en favor de su temeroso joven siervo: "Señor, te ruego que abras sus ojos para que vea". (2 Reyes 6:14-17)
2 Reyes 6:14-17 https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/ot/2-kgs/6?lang=spa
Mosíah 11 https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/bofm/mosiah/11?lang=spa
Mosíah 12 https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/bofm/mosiah/12?lang=spa
Mosíah 13 https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/bofm/mosiah/13?lang=spa
Mosíah 17 https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/bofm/mosiah/17?lang=spa