Dejar Ir Algunas Cosas
Siempre me han gustado las plantas de interior y tengo varias que han llegado a ser bastante grandes porque las he cuidado durante muchos años. Cuando llegó el momento de partir para nuestra misión, les pedí a mi hijo y a su esposa, que viven en nuestra casa, si podían cuidarlas. Fueron amables y aceptaron de buen grado porque sabían cuánto los quería.
Hace unas semanas, volví inesperadamente a casa para que me extirparan una pequeña neoplasia cutánea porque me dijeron que podía ser cáncer de piel. Recibí una atención excelente de un amigo de la familia que, como médico, está especializado en estas cosas, así que la intervención salió muy bien. Mientras me recuperaba a lo largo de dos semanas, disfruté visitando a mis hijos y nietos y comprándome algunas comodidades de casa, como mi bálsamo labial favorito e hilo dental para llevarme a Arequipa.
Durante mi estancia, no pude dejar de notar que todas mis plantas grandes estaban atrincheradas con montones de muebles y cosas para protegerlas de mi pequeño nieto de 9 meses que pasaba casi cada hora tratando de arrastrarse a través de las barricadas para comer puñados de tierra de las macetas. Era implacable y, por desgracia, tenía bastante éxito, incluso cuando sus padres pasaban gran parte del tiempo persiguiéndolo. Mientras presenciaba esta lucha absurda, mis plantas me parecían una tontería ahora que mis nietos vivían en mi casa. Me di cuenta de que tenía que deshacerme de ellas, así que lo hice sin vacilar ni arrepentirme. Me llamó la atención que lo que hace dos años consideraba un sacrificio enorme, ahora me pareciera insignificante por cómo he cambiado y crecido gracias a mi servicio. Servir como líder de misión es una oportunidad y una bendición extraordinarias porque puedo observar el proceso de cambio de nuestros misioneros y de aquellos a los que enseñan. He aprendido mucho sobre la profundidad del amor de Dios por cada uno de sus hijos y he aprendido a confiar en Dios y en sus caminos. Este crecimiento no significa que no tenga preocupaciones, porque todos las tenemos, pero ahora soy capaz de avanzar con mayor confianza para aceptar el cambio porque sé que Dios cuidará de mí.
El Élder Uchtdorf resumió bien esta idea cuando leyó Mateo 6:32-33: "Vuestro Padre Celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas". (Mt 6:32-33) Entonces el Élder Uchtdorf simplemente declaró: "Requiere dejar ir algunas cosas y dejar crecer otras".
Esta experiencia me ha hecho reconsiderar y buscar otras cosas en mi vida que debería dejar ir para poder seguir creciendo. Honestamente, ¿puede algo ser considerado un sacrificio si ganamos un mejor conocimiento de nuestro Salvador y obtenemos nuestra Salvación final a través de Él?