Nuestro Viaje a Chivay y Cañón del Colca

Hemos vivido en Arequipa durante 5 ½ meses y no hemos tenido ni una pizca de lluvia de ningún tipo hasta el miércoles de la semana pasada.  Estaba tan emocionada cuando escuché las ligeras gotas en nuestro techo, que corrí afuera y tomé una foto. Al parecer, ese fue el comienzo de la temporada de lluvias, ¡porque ha llovido todos los días desde entonces!

A medida que avanzaba la tarde, la lluvia aumentó en fuerza y duró toda la noche.  Cuando me desperté el jueves por la mañana, elegí hacer mi carrera matutina por la colina para poder ver si los volcanes que rodean Arequipa tenían algo de nieve significativa.  Sólo lo había visto en fotos, pero esperaba verlo de verdad.  No me decepcionó porque era espectacular. Corrí a casa y llevé al Presidente Chipman hasta el templo para tomar algunas fotos.

Mas tarde esa mañana, salimos para una conferencia de la rama que Dave tenia que presidir en el pequeño pueblo de Chivay que se encuentra en lo alto de los Andes. Nos dijeron que es un destino hermoso así que decidimos ir unos días antes para poder explorar la zona y aprender más sobre ella.  El presidente de la rama se había puesto en contacto con el presidente Chipman en varias ocasiones diciéndole que les encantaría tener algunos misioneros a tiempo completo asignados a su rama porque tienen muchas personas que están interesadas en aprender más sobre la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

El viaje a Chivay desde Arequipa duró poco más de tres horas y la ruta nos llevó por un paso de más de 4.900 metros.  Eso es más de 2000 pies más alto que cualquier lugar en nuestro estado natal de Colorado, así que estábamos emocionados de finalmente ir a verlo.  Tuvimos que acelerar mucho para pasar el puerto, pero nos encontramos con unas vistas preciosas, nieve y grandes manadas de vicuñas, llamas y alpacas.

Por suerte para nosotros, Chivay y los pueblos del valle del Colca celebraban una fiesta en homenaje a la Virgen Inmaculada Concepción.  Durante todo el fin de semana lo celebraron con bailes tradicionales y marchas por las calles. A medida que íbamos conociendo a la gente, nos enterábamos de que algunos de estos pueblos no hablaban español, sino quechua, una lengua indígena que se habla en las alturas de los Andes.  A Dave le encantaba pedir a la gente que le enseñara palabras en quechua para ampliar su vocabulario.

Disfrutamos conduciendo por los pueblos que se aferraban a los bordes del Cañón del Colca con sus terrazas. El cañón presume de ser dos veces más profundo que el Gran Cañón, y está enmarcado por volcanes activos y montañas que superan los 6.000 metros de altura.  

El cañón es famoso por el avistamiento del cóndor andino (del que vimos muchos) y por las excursiones a pueblos con aguas termales y oasis situados a 3.700 metros por debajo del borde. Siendo de Colorado, nos sentimos obligados a caminar hasta el fondo, por supuesto.  Digamos que el descenso fue mucho más fácil que volver a la cima.  Desde entonces nos duelen las piernas.

El domingo, disfrutamos asistiendo a la Conferencia de la Rama Chivay donde se reunieron aproximadamente veinte personas. Fue tan bueno estar con ellos y sentir la paz y el consuelo del espíritu mientras participábamos del sacramento y cantábamos himnos.  No pude evitar pensar en la escritura de Doctrina y Convenios 6:32 donde dice:

De cierto, de cierto os digo: .... donde estén dos o tres congregados en mi nombre, ..... he aquí, allí estaré yo en medio de ellos; así como estoy yo en medio de vosotros".

Cada domingo, nos reunimos con varias congregaciones en zonas remotas de Perú y esta semana estuvimos en Chivay.  Estoy muy agradecida de tener esta oportunidad única porque gano mucho cuando me encuentro con personas que son muy diferentes a mí. He aprendido que todos somos Hijos de un Padre Celestial amoroso que nos conoce y nos ama a todos personalmente, uno por uno. El Espíritu da testimonio de esta verdad a mi corazón cada semana, y sé que es verdadera.   Puedo ver y ser testigo de que el Evangelio de Jesucristo funciona para todos, en todas las situaciones.