¿Se está conteniendo?

Esta es mi sobrina, Natalie.  Ella está sirviendo su misión en las Filipinas en este momento. Su familia vive en nuestra estaca y ella tuvo su despedida el mismo día que nosotros.  Ha sido divertido para nosotros compartir nuestras misiones juntos y parece que Filipinas y Perú tienen muchas similitudes. Natalie escribió su testimonio acerca de lo que está aprendiendo en una carta, y quiero compartirlo con ustedes.

“Hay tantos milagros que vimos esta semana, que no puedo explicarlo todo en un correo electrónico. Pero una cosa que realmente ha cambiado mi trabajo esta semana, fue realmente trabajar para ser responsable ante el Señor. Cada día antes de salir a trabajar, he empezado a tomarme un momento para orar a Dios y prometerle que haré todo lo que pueda por Él ese día. Pedirle su guía y ayuda. Abrir mi corazón y mi mente a lo que Él quiere que haga. A veces las cosas siguen siendo difíciles. Todavía estoy estresada, cansada y no sé todo lo que estoy haciendo. Puedo ver tan vívidamente todos los lugares en los que estoy fallando y en los que necesito mejorar. Pero al hacerlo, he sentido la ayuda divina y el amor de Dios. Lo he sentido obrando a través de mí y me ha bendecido con Su seguridad, de que Su gracia puede llenar y sanar todo lo que está roto.”

Sus palabras me hicieron pensar en mi compromiso con Dios.  Tengo que admitir que a veces trazo una línea en la arena y me digo: "Hasta aquí estoy dispuesta a llegar por Dios, el resto es demasiado". ¿Usted traza una línea como yo a veces? ¿Se reprime ante Dios? ¿Se interpone en su desarrollo o en su relación con el Salvador como me sucede a mí?  ¿Le está impidiendo tener grandes experiencias?  Cuando observe su línea, piense en cómo puede cruzarla. En mi experiencia personal como líder misionero, me he encontrado con muchas de estas líneas. Sin embargo, cada vez que decido cruzarla, siempre obtengo una gran recompensa.  Nunca es fácil ni cómodo al principio, pero merece la pena. Le prometo que a usted le ocurrirá lo mismo.

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Soy como una mamá osa: quiero una conversión duradera para mis misioneros